Mis manos monicongudas

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Estos son trazos libres hechos con pintura textil sobre cartón. Son como de la familia del acuario monicongo. Haciendo clic sobre la imagen se puede ver mejor.

Tres por dos

Me gusta mucho repetir este ejercicio. Primero pinto monicongos en el sketchbook. Luego tomo una foto, la edito un poco, la copio usando su reverso y finalmente las ensamblo como si fueran una sola pintura. ¡Magia magia! Así quedaron estos tres monicongos sencillos, hechos con acuarela y tinta sobre papel. En la colección "Digital" comparto más experimentos de este tipo.

Moniconga en el desierto

  En el desierto de Arizona llueve apenas unos quince días al año. Pensé que durante esos días, extraños monicongos salen de sus cuevas a pasearse por entre los cactus y nopales. Pensé que alguno podría ser esta lectora moniconga. 

Mi primera exposición moniconga

     Después de muchos meses de trabajo, fue muy emocinante ver tantos monicongos llenando las paredes rojas de una galería de arte en Bogotá. Me alegró mucho también que hubiera gente atrevida e interesada en abrirles un espacio en sus casas.
     Mil gracias a todos los que compartieron conmigo la creación de estas obras. Mil gracias a mi Tuck y a sus abuelos en Carolina del Sur, a mi mamá y a Canela Flores en Medellín, y por supuesto a Gloria Ospina y al súper Johny por abrirme un lugarcito en Trementina Artes, y por creer en mis experimentos monicongos.

En el montaje...

La noche de la apertura...

Pero antes de la fiesta en Trementina, sí que tuve que pintar. 

Algunas obras salieron de El antro de la musa, en Charleston, USA. Otras de talleres improvisados (e inspiradores) en la casa de Antonia Ruiz, y de mi madre en Medellín.

Esta fue la sorpresa de mi amigo Altais dibujó en su moleskine mientras yo conversaba con mi lienzo más grande. Pásense por el blog de este super dibujante para que se sorprendan: altais-files.blogspot.com